Más de 120 euros de diferencia en las tasas de Selectividad entre comunidades

Mejor financiación, rebaja de tasas y más becas, pero una diferencia de más de 120 euros entre comunidades autónomas en las tasas de la Selectividad. El inicio del año 2020 no parecía tan negativo para la universidad como lo está siendo. La llegada de la pandemia cambió completamente la enseñanza universitaria y todas las instituciones se vieron en la obligación de pasar en dos días a la formación online. A pesar de que todos los universitarios pudieron hacer los exámenes de forma telemática, no corrieron la misma suerte los estudiantes que se enfrentaban a la EvAU que, a pesar de que se retrasó por si la situación sanitaria mejoraba, lo hicieron de forma presencial contando con todas las medidas posibles.

Por otra parte, en lo relativo a la economía, un Manuel Castells comprometido con el ministerio de Universidades, anunciaba en los primeros meses del año la eliminación de la horquilla de precios que se impuso sobre el año 2012 y establecer, de esta forma, un precio máximo para las regiones, evitando así las disparidades que existían hasta entonces. La diferencia de los precios es tal que, según los datos oficiales, en el curso 2019-2020 el precio medio del crédito universitario de Grado en primera matrícula era de 17,02 euros. Mientras que en Cataluña o Madrid superan esta media, Andalucía o Galicia mantienen precios más bajos que el resto de las regiones.

La llegada de la pandemia trató de acelerar este proceso, temiendo que muchos estudiantes se quedasen a las puertas de las facultades por no poder afrontar los gastos que la educación superior supone hoy en día. Con el examen de acceso a la universidad, pasa algo parecido: las diferencias de precio son tal que hay más de 120 euros de diferencia dependiendo de la comunidad.

Algunas regiones ya están tomando cartas en el asunto para facilitar todo lo posible que los alumnos puedan realizar sin ningún problema esta prueba. En este sentido, el consejero de Hacienda de La Rioja, Celso González, anunció a finales del mes de septiembre, que el próximo curso lectivo, 2021-2022, la EBAU será un 66% más barata y, además, se «flexibilizará» el pago de las tasas universitarias.

De esta forma ha dado luz verde al decreto que regula el precio público de esta prueba, por el que va a costar 46,08 euros, y cada materia extra tiene un precio de 11,52 euros. También se flexibilizará el sistema de pago de las tasas universitarias y habrá exenciones y bonificaciones en el caso de que la familia esté percibiendo el Salario Mínimo Vital.

Esta medida no se ha implantado de repente, sino que ya el curso pasado existía el compromiso de rebajar el precio un 40%. Debido a la alerta sanitaria, esta región aprobó la gratuidad de las mismas como una medida de excepcionalidad. 

Aragón, la más cara

Las diferencias de precios para realizar esta prueba son, hasta el momento, bastante preocupantes. Las autonomías que tienen los precios más elevados son Aragón (124,12 euros) y Cataluña (95 euros). En el extremo opuesto se encuentran Canarias o La Rioja. Por su parte, en la Comunidad Valenciana es de 80 euros, mientras que en Castilla-La Mancha es de 52,99 euros y en Andalucía de 58,70 euros. A estos precios hay que añadirles las tasas para las materias de las que se examinan de forma voluntaria y, en todas las comunidades, hay descuentos de familias numerosas o para víctimas de terrorismo y personas con discapacidad.

El precio entre regiones no es la única diferencia que hay en este examen. Son muchas las críticas que cada año persiguen a la EvAU por su diferencia de nivel en los exámenes, lo que se convierte en motivo de preocupación para los estudiantes al poder perjudicarlos al acceder a una universidad u otra.

Cataluña rebaja las tasas

Esta es la situación de los precios para realizar el examen de acceso a la universidad. Sin embargo, las tasas de los grados en las universidades no se escapan de esta realidad. Hasta el momento, de todo el país, Cataluña se alzó como la región con los precios más caros. No obstante, la disminución de precio ya es una realidad desde este verano. Concretamente, los alumnos de las universidades públicas catalanas han pagado un 30% menos en el precio de la matrícula de los estudios de grado y posgrado, según el decreto de precios públicos para el curso 2020/2021. Es decir, la primera matrícula de grado cuesta este curso 1.660 euros. La comparación con las comunidades en las que las tasas son más reducidas es alarmante. En Andalucía, la primera matrícula de este curso cuesta 757, aproximadamente 900 euros menos que en Cataluña.

La consellera de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón, destacaba que con este nuevo decreto de precios públicos se da cumplimiento al compromiso que se estableció a principios de año de rebajar los costes de los estudios universitarios, al mismo tiempo que considera que es un gran paso para garantizar la equidad en el acceso y manteniendo la rebaja adicional para estudiantes de rentas más bajas.

Según esta norma, este curso el precio del crédito matriculado por primera vez en los estudiantes de grado es de 17,69 euros (coeficiente de estructura docente A); de 25,04 euros (estructura docente B), y de 27,67 euros (estructura docente C), y en el caso de los másteres que habilitan para el ejercicio de actividades reguladas es de 28,82 euros y en el resto de 46,11 euros. Así, los estudiantes que se sitúen en los tramos 1 y 2 de renta, tendrán rebajas del 80% y el 70% respecto al precio máximo de grado y, en el caso de los másteres, la rebaja es del 35% y el 20%.

Reflexión

De nuevo, desigualdad en la educación. Últimamente parece que esta palabra y educación están más unidas que nunca. En medio de una pandemia, con el caos entrando en cada patio del colegio y preferimos discutir en un semicírculo que correr a cerrar las ventanas para que el viento no revuelva, todavía más, los papeles que siguen desordenados desde hace unos años. La desigualdad persigue al sistema educativo hasta que colocamos a nuestros estudiantes en la formación superior, pero ni siquiera aquí lo hacemos bien. Con las facilidades que tienen unos y los inconvenientes que tienen otros, hacemos que cada región tenga su propio nivel, lo que automáticamente se refleja en un mercado laboral desequilibrado. No hablamos de poner un examen igual para cada autonomía, hablamos de igualar niveles, de ayudar en lugar de impedir.

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